Un enemigo ha hecho esto
Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Mateo 13:27, 28.
Si hay un tema que perturba la fe de los creyentes e inhibe a muchos incrédulos de creer en la existencia de un Dios bondadoso y todopoderoso es el del sufrimiento. En otros casos, es la excusa que necesitan quienes prefieren vivir sin Dios para darle la espalda.
Pero, como en tantos otros temas, se impone la fe. Sin embargo, cuando hablo de fe no me refiero a un taparse los ojos y los oídos a la realidad y, porque necesito que Dios exista y que me brinde una esperanza de vida eterna y amparo en esta vida, hacer la vista gorda a tanta miseria y dolor, autoconvenciéndome de que, a pesar de todo, tengo que seguir confiando en Dios. Más bien se trata de que, ante los aparentes signos de la ausencia de Dios en el mundo, me aferre a las evidencias objetivas, racionales y bíblicas de la existencia y la presencia de Dios en la historia humana. Eso es lo que intentaremos durante nuestras reflexiones de este mes.
Pero, antes de hacerlo, vamos a establecer un principio emanado de la Revelación, y que se encuentra en nuestro texto de reflexión para hoy: Dios no es responsable del dolor que hay en el mundo. El no provoca el sufrimiento voluntariamente y mucho menos gustosamente a ninguna de sus criaturas. El sufrimiento es una obra diabólica producto del terrible experimento de la rebelión: “Un enemigo ha hecho esto”.
Si hoy estás padeciendo algún dolor muy grave, o te duele que otros lo padezcan, no te rebeles contra tu amoroso Padre celestial. Aunque no puedas comprender su proceder en relación con el mal y el sufrimiento, puedes comprenderlo a él, que es amor y sabiduría infinita, y puedes tener la certeza de que “un enemigo ha hecho esto”, y no Dios. No te pongas, entonces, del lado del verdadero originador de todo el dolor que padece nuestro mundo, sino del lado de aquel que tendrá la palabra definitiva sobre el mal y sus consecuencias cuando llegue el tiempo de la cosecha final de la Tierra. Porque ese tiempo llegará, aunque nosotros estemos ansiosos de que sea ya.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie
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