Los burlones
Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: “¡Calvo, sube! ¡Calvo, sube!”. 2 Reyes 2:23 (RV60).
Hay algunos errores que cuestan caro. A estos 42 muchachos, burlarse de Eliseo les costó la vida. Es posible que tu pecado no traiga como consecuencia inmediata que dos osas salgan y te devoren; pero si lo piensas con cuidado verás que el resultado final –el de ellos y el tuyo– no será muy diferente.
Imagino que estos muchachos suponían que su acción era una burla pequeña, casi sin importancia. Además, ellos eran muchos, ¿qué podía hacerles un hombre solo?
La reacción divina a la maldición de su mensajero fue enviar dos osas para que destrozaran a los muchachos. Dios actúa en forma tan severa por el momento histórico que su pueblo estaba viviendo, para afirmar el ministerio de Eliseo frente a la ausencia de Elías y porque, para él, el pecado nunca es juego.
El pecado no es una aventura pasajera que te puede dar un poco de alegría, alguna diversión “sin importancia” o una pizca de “sabor” a tu vida; el pecado es un error que te puede costar muy caro.
¿Hasta dónde habrían seguido los burladores al hombre de Dios, si este no hubiera terminado con la situación? ¿Hasta dónde llegas tú en tu pecado, cuando Dios no le pone un punto final? Por más amor que Dios tenga por ti, no podrá salvarte en tu pecado.
¿Sabes por qué? Porque en el cielo no habrá lugar para tu pecado, y Dios no quiere que sufras, eternamente, el “síndrome de abstinencia” del pecado. El cielo es un lugar para gente feliz, para gente que tiene todo lo que necesita teniéndolo a Cristo. Si tú eliges tu pecado, Cristo no será todo lo que necesitas para ser feliz.
El pecado cuesta caro; pero no solamente porque tú perderás la vida eterna por causa de un solo pecado no confesado, sino porque el pecado fue la razón por la que Jesús fue al Calvario. Tu pecado fue lo que hizo necesaria la Cruz. Piensa en eso durante este día.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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